Recuerdo perfectamente la primera sesión con Pepón:
llegué cansado, triste, sin energía y con la llama interior casi apagada. No le encontraba sentido a mi vida.
En esa misma sesión me propuso regresar al pasado y conectar con mi niño interior. En ese momento lo sentí débil, indefenso, triste, perdido y tembloroso.
Durante las siguientes sesiones me fue acompañando en un viaje mas profundo. Un viaje durante el cual, gracias a su presencia y sabiduría, me ayudó a sanar heridas, ver cualidades que guardaba ocultas y a salir de la cueva en la que permanecí oculto muchos años.
Hoy me siento con una conciencia mas adulta, con mucha energía y luz interior. Sigo mi rumbo, navegando en la incertidumbre ahora con ilusión, plena confianza y entrega a la vida.
Gracias Pepón por este viaje.